Vampire Survivors es uno de esos juegos que pilla a todo el mundo por sorpresa, y es que por menos de 3 euros tienes ante ti horas y horas de diversión gracias a su sencillo planteamiento y a lo adictivo de su gameplay. Está siendo una de las sorpresas en Steam de principios de año, y cada vez más jugadores se animan a probarlo.
Pese a que sobre el papel es un juego fácil, también tiene ciertas cosas que te gustará saber antes de empezar tus aventuras. No son mecánicas ocultas como tal, pero si ya sabes cómo funcionan vas a adelantar trabajo y sacarle más partido a tus primeras partidas.
7 cosas que me habría gustado saber al empezar a jugar a Vampire Survivors
Mírate bien los combos de armas y pasivas
En mis primeras partidas, he elegido un poco las armas y las habilidades sin ton ni son, no consiguiendo un daño excesivamente interesante y muriendo los primeros 15 minutos. No obstante, tras una serie de pruebas descubres que, en realidad, el juego tiene bastantes mecánicas ocultas por descubrir y por explorar.
Es importante que conozcas todas las sinergías entre objetos y las pasivas a las que deberías darle prioridad, así que lo mejor que puedes hacer es echar un vistazo a esta guía en la que te lo contamos todo.
Invierte siempre un punto en el látigo
El látigo es el arma con la que empiezas cada partida, y aunque no es nada del otro mundo, suele ser una opción razonablemente inteligente si el resto de objetos que nos ofrecen no son muy interesantes. No obstante, también hay un pequeño dato a tener en cuenta, y tiene que ver con su utilidad a principios de partida.
Al subir el látigo un nivel vas a conseguir que golpee en ambas direcciones. ¿Por qué es útil esto? Siempre, los primeros enemigos van a caer de un golpe de látigo, y el arma escalará con el resto de bonus que vayas consiguiendo a lo largo de la partida. Por supuesto, siempre debes tener en cuenta que hay ciertas armas que priorizar (la biblia, las varitas...) pero tener el látigo al 2 pronto te permitirá avanzar los primeros minutos de forma solvente.
Ve a por los enemigos élite
Hay un tipo de enemigos especial en el juego, que aprenderás a reconocer conforme avances la partida. Se trata de enemigos especiales, que al morir dan recompensas mucho más jugosas, siendo una de ellas los cofres.
Los cofres siempre dan dos cosas: una mejora y monedas. Las dos cosas te van a interesar, así que intenta SIEMPRE matar a estos enemigos. Un ejemplo de enemigos élite son los murciélagos con un aura azul alrededor o las gigantescas mantis religiosas que aparecen.
No cojas armas a corto plazo
Hay armas, como el ajo, que son realmente potentes en los primeros compases de partida. Su área de daño mata a los enemigos más débiles, y te permite avanzar con la gorra durante los primeros niveles. No obstante, su escalado es MUY malo, y pronto te encontrarás con algo que no te sirve a partir del minuto 10.
Lo peor de todo esto es que, además de ser un arma poco útil, ocupará un espacio de tus armas activas. Idealmente, intenta siempre que todas tus armas sean útiles durante toda la partida, aunque eso signifique tener que jugar con algo más de cabeza durante los primeros niveles.
Rompe las antorchas para conseguir vida
Una de las cosas más tontas que pasan inadvertidas al principio es la forma de conseguir vida. Podría pensarse que, entre los objetos que pueden soltar los enemigos caídos están los ítems de recuperación de vida, pero no es así. En realidad, hace falta dirigirse a las antorchas del mapa para ello.
Romper una antorcha no asegura conseguir curación, ni muchísimo menos. Entre los objetos que puedes conseguir hay monedas y otros objetos interesantes, así que conseguir algo de vida dependerá enteramente de la suerte.
La colocación va a ser clave
Los controles de Vampire Survivors son más simples que el mecanismo de un lápiz, aunque no por eso jugar es fácil. Más allá de mejoras y demás, la colocación del personaje y cómo te muevas por el escenario es uno de los factores más importantes a la hora de sobrevivir.
El consejo más básico y sencillo que puedes tener es que NUNCA te arrincones y NUNCA creas que tienes suficiente daño para salir de en medio de una aglomeración. Busca siempre tener, como mínimo, un lado hacia el que huir, o puedes encontrarte con situaciones incómodas (sobre todo si hay RNG de por medio).
Adáptate a tus armas
El último consejo tiene que ver con el estilo de juego que debes adoptar. No es lo mismo jugar con una build centrada en dagas y daño dirigido que con una build de daño orbital, en forma de biblia y otros objetos de esta índole.
Con el tiempo, irás aprendiendo a cómo gestionar cada arma y cada punto de la partida según lo que tengas en tu inventario. Esto va a ser importantísimo para encontrar un equilibrio entre matar criaturas para conseguir experiencia y en tener siempre el campo razonablemente despejado, con varias rutas de escape.