Cómo derrotar a la Gran carpa de colores en Sekiro

Cómo derrotar a la Carpa de colores
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La Gran carpa de colores es uno de los enemigos secundarios de Sekiro: Shadows Dice Twice. Realmente no es un jefe como tal, pero dado que en algún momento que otro nos da algo de guerra le vamos a dar caza. No es obligatorio para la historia acabar con ella pero si lo hacemos veremos el desenlace de un arco secundario y obtendremos una recompensa. 

La carpa se encuentra en el Palacio del Manantial y para conseguir derrotarla tenemos que seguir algunos pasos previos que os detallamos a continuación. Para ello, es necesario conocer primero a Harunaga y Koremori.

Cómo derrotar a la Gran carpa de colores

Harunaga y Koremori son dos mercaderes metidos en tinajas. El primero está en el puente de la Hacienda Hirata y el segundo en el Palacio del Manantial. Para comprar en sus tiendas necesitamos escamas de carpa. Ambos vendedores no están en buenas relaciones, por lo que tendremos que elegir uno de los dos. Si le compramos mucho nos dará un cebo valioso. Casualmente, la carpa come estos cebos.

Mercaderes de Sekiro

Tocando una campana del palacio, la carpa vendrá a nosotros y si le damos de comer su cuidador nos lo agradecerá con más escamas. Si cuando conseguimos el cebo del vendedor repetimos el proceso y volvemos a la zona unas cuantas veces veremos que la carpa muere. Su cuerpo estará en el Valle sumergido, en la zona en la que nos enfrentábamos al Simio guardián.

Cómo matar a la Gran Carpa de colores

Como premio obtendremos un logro y el objeto "gran bigote blanco". Luego tenemos que dárselo al cuidador y habremos terminado esta misión. Además, si visitamos a los mercaderes encontraremos alguna que otra sorpresa en relación a ellos. 

Un bigote blanco valiosísimo de la gran carpa de colores. Aunque es inmortal por naturaleza, se le pueden arrancar los bigotes si la matan. El sonido que hace el bigote cuando lo arrancan es música para los oídos de ciertas personas, sin duda. Para unos, sería un alivio por haber completado su misión. Para otros, una alegría por ver cumplido su deseo.

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