Es innegable que Eldest Souls es una boss rush que encantará a los amantes de los juegos con una dificultad bastante elevada. Pese a que llegar a los jefes puede tener algo de chicha, hay algo todavía más enrevesado: saber dónde usar cada uno de los objetos que irás encontrando a lo largo de la aventura por la Ciudadela.
Una de las mejoras más interesantes tiene que ver con el herrero. Este NPC se encuentra en la parte inicial del juego. Nos da la opción de mejorar nuestra espada o la armadura, aunque lograr convencerle de que lo haga tiene algo de chicha...
Así puedes mejorar el arma o la armadura en Eldest Souls
Lo primero que necesitarás para conseguir que el herrero te haga caso es una insignia de guarda. Esta insignia se encuentra escondida tras unos barriles, tras derrotar al primer jefe y dirigirte hacia el norte. Se encuentra antes de entrar al túnel que da al segundo jefe, tenlo en cuenta.
Una vez tengas la insignia, avanza normalmente hasta llegar a la encrucijada. Dirígete a la derecha y baja unas escaleras para entrar a la forja del herrero. Este aceptará la insignia, pero te avisará de que no te ayudará a no ser que le des el oro que le deben los guardas.
Con esto hecho, tocará seguir avanzando normalmente en el juego hasta tener acceso al poblado helado. Allí se encuentra la llave oxidada, la porta uno de los cadáveres congelados (está un poco escondido, en unas escaleras cerca de la puerta de uno de los jefes de la zona).
Una vez tengas la llave, vuelve a la zona en la que encontrarse la insignia de guardia. Entra al túnel y ve hasta el fondo, girando a la izquierda al llegar al muro de obsidiana. Allí encontrarás una pequeña cerradura en la que encajará la llave. Baja las escaleras y hazte con la bolsa de coronas. Ahora que tienes el dinero, dirígete a la forja, elige la mejora que prefieres y ¡se acabó!
Solo podrás elegir una de las mejoras por partida, así que piénsate bien si quieres algo más de defensa o si vas a apostar por mejorar tu ataque.